BIENVENIDOS AL CURSO 2.011- 12



martes, 24 de enero de 2012

HISTORIA DISPARATADA.

Erase una vez un niño que siempre estaba feliz con su amo. El niño se llamaba Pedro y su amo (un perro) se llamaba Ralf. El crío siempre hablaba con sus amigos mientras iba de paseo por el parque y les contaba lo bien que le cuidaba Ralf cuando lo llevaba a pasear:-Mi amo es el mejor porque cuando me baña en el jacuzzi me pone el agua con burbujas en forma de niño contento.
Pero un día la felicidad de Pedro se terminó. Vinieron las Vacas marinas (los Comehierbus Acuaticus) con sus aliados las Focas voladoras (los Gordos Obesus) y capturaron a todos los amos de la ciudad, incluido a Ralf. Entonces los niños quedaron abandonados a su suerte. A continuación los niños se organizaron y decidieron hacer una guerra para salvar a sus amos perrunos con la ayuda de los Pingüinos del desierto del Sahara y los dragones de Comodo del Ártico, a los cuales también les habían quitado los amos.
Pasaron días y más días de horas y horas sin descanso por la profunda y espesa selva de Ramazonas, una selva llena de zonas con muchas ramas. Pero al fin, los pingüinos, los dragones y los niños encontraron la fortaleza secreta de gomaespuma de las terroríficas y temibles Vacas marinas y Focas voladoras.
Comenzó una dura batalla en la que los niños lanzaban melones, los pingüinos nueces y los dragones de comodo helados que habían traído del Ártico. Por el otro lado las Vacas marinas lanzaban zanahorias y las Focas voladoras lanzaban Coliflores desde el aire. Finalmente, el 2 de Mayo después de unas horas de batalla, los niños, los pingüinos y los dragones de comodo ganaron la batalla y los niños llevaron a sus amos a casa, se despidieron de sus amigos los pingüinos y los dragones de comodo.
Cuando llegaron a casa, los perros anunciaron que querían cambiarse los papeles, o sea, que querían que los niños fueran los amos. Y desde ese día, el 2 de Mayo es muy importante, porque ese día fue cuando los amos de los perros somos nosotros.
                                                                 
                                                                        Por Arnau Vilar.

No hay comentarios: