BIENVENIDOS AL CURSO 2.011- 12



miércoles, 14 de marzo de 2012

EL AGUADOR

Se llama aguador o aguatero a la persona que vende y distribuye agua entre la población .La diferencia entre los que portaban
el agua a las casas, subiendo a los pisos cargados con pesadas barricas
o cubas y aquellos que en las calles y plazas de la ciudad vendían el
agua en los vasos que llevaba en una cesta. Los aguadores, estaban divididos en dos categoría: los que trabajaban a pie, repartiendo el agua que cargaban en una pipa pequeña y aquellos que, seguramente un poco más pudientes, tenían su transporte móvil que consistía en un burro, cuadrúpedo y terco animalito que estando de buen humor, podía cargar dos pipas mucho más grandes. El amo, generalmente era un moreno, mejor dicho una persona de la raza negra; al que también se le conocía como "zambo“. Este personaje, quería más que a sus propios hijos, a su burro o "piajeno" como lo habían bautizado. El oficio de aguador estaba reglamentado
de forma que tenían que comprar la licencia al Ayuntamiento.
Hasta bastante entrado el siglo XX perduraron los aguadores que, en
épocas de sequía o en los pisos altos de las casas en las que no había la suficiente
presión, solícitamente seguían ofreciendo sus buenos servicios
Años más tarde, se creó la primera empresa del agua, llegando ésta directamente a sus consumidores a través de las primeras tuberías que se instalaron, con lo cual, la nueva tecnología despojaba de su trabajo al legendario aguador, haciéndolo pasar a formar parte de la historia.
Actualmente, todavía existen aguadores en algunos países como en Siria, Marruecos o Ecuador .
                                                         RUTH DIAZ MORILLAS 6ºA 

EL RESINERO

Hace tiempo existía un antiguo trabajo llamado resinero. El resinero era una persona que tenía el oficio de extraer a menudo la resina de los pinos y otros árboles, como los abetos y otras clases de coníferas. Los resineros vivían cerca de los bosques, por la ladera de la montaña, en pequeños pueblos y aldeas…
El trabajo consistía en ir al bosque y encontrar un buen ejemplar de pino. A continuación, realizaban un corte en el tronco del árbol con un hacha y debajo colocaban un cubo para que la savia del pino cayese dentro. Todo esto se hacía cada día del año en el comienzo del mes de marzo hasta el mes de noviembre. Estos meses eran los mejores,  porque en invierno la savia no circulaba por el pino.
Los resineros utilizaban diferentes métodos para la extracción de la savia del árbol, los cuales se llamaban el método a vida y el método a muerte. El primero consistía en extraer únicamente resina de una cara del árbol, y el segundo método se realizaba haciendo cortes por todos los lados del pino pudiéndole causar la muerte.
La resina se utilizaba para hace productos químicos como los barnices y pegamentos. Actualmente se utilizan resinas sintéticas y otros sistemas de extracción, y por eso el oficio de resinero está casi extinguido.

                                                                       Arnau Vilar

EL PREGONERO

Es una palabra y un oficio que se creó en Roma. Praeco era como se llamaba al pregonero. Es una contracción de praecino, praecinui, praecentum, compuesto de prae más canto, cantare.
El pregonero era una de las profesiones más populares en los pueblos de España. Llegaba con su corneta a las distintas poblaciones, y haciéndola sonar reunía a todos los habitantes para comunicarles noticias importantes venidas de otras ciudades, acontecimientos extraordinarios dentro del pueblo, u ordenes importantes del rey. En el Imperio Romano, fue el medio de comunicación y publicidad más eficaz.
También existieron pregoneros en los juicios, teniéndolos en las audiencias y alcaldías mayores. Su función era, acompañar al culpable, pregonar el delito de éste, en las penas de muerte o los azotes públicos, para vergüenza de los prisioneros. Destruidas estas penas o modificados esos procedimientos, los pregoneros no tuvieron que hacer, y no se volvieron a nombrar entre los ayudantes de los juzgados y tribunales.
Con la llegada de la radio y la televisión, la utilidad del pregonero se vio en segundo lugar, y esa fue su desaparición a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.

                                                                                       Marta Muguruza 6ºA

LOS ESCRIBAS

El oficio de escriba fue muy importante en el Antiguo Egipto, pues eran los únicos que sabían leer, escribir y calcular. Eran los que se encargaban calcular los impuestos, transmitir las órdenes del faraón y copiaban textos y libros. La palabra española escriba procede del latín: scriba. En hebreo so-fér, procede de una raíz que significa contar, y se traduce secretario, escribano,  copista; y la palabra griega gran-ma-téus se traduce escriba. Eran una especie de notarios.

El escriba egipcio solía ser de la clase baja, pero era inteligente y educado. Trabajaba con una paleta con huecos para tintas de diferentes colores, una jarra de agua y un pluma de papiro. Los escribas del antiguo Próximo Oriente eran las personas encargadas de redactar textos y también de leerlos y organizarlos en los archivos. Todo escriba tenía que haber recibido una formación de escriba a los que se llamaba en sumerio DUB-SAR. Los escribanos hebreos trabajaban como notarios públicos, preparando certificados de divorcio y registrando otras negocios.

 En un principio, los sacerdotes eran a su vez escribas. Sin embargo, se dio mucha importancia a que todos los judíos conocieran la Ley. Los que estudiaron y obtuvieron una buena formación consiguieron el respeto del pueblo, y con el tiempo estos sabios, muchos de los cuales no eran sacerdotes, formaron un grupo independiente. Por ello, en el tiempo de Jesús la palabra escriba se distinguía a una clase de hombres que se habían instruido en la Ley.


                                 Daniel Ochoaerrarte Sánchez             

EL FAROLERO

Cuando no existían iluminación eléctrica, el farolero era la persona encargada de encender los faroles de una población y mantenerlos en buen estado.
A cada farolero se le adjudicaba un determinado números de los faroles y las calles en concreto a las que debía asistir. Debía encenderlos a una determinada hora en las noches oscuras y en las de luna a la hora que se les señalara. Debía acudir al amanecer por aceite y mechas para proveer a los faroles y mantenerlos limpios, lo que debía hacer a primera hora de la mañana. Para realizar su trabajo, los faroleros estaban provistos de un chuzo, un pito, una linterna, escalera, alcuza y paños. Respondían del estado de los faroles que tenían asignados debiendo pagar los daños que les causaran.
A menudo, compaginaban su labor de farolero con la de guarda y según este encargo, debían estar vigilantes toda la noche desde el momento que se encendían los faroles hasta el amanecer. Entre sus obligaciones figuraban:
Darse voces de unos a otros desde las once de la noche, dictando la hora que era y el tiempo que hacía de cuarto en cuarto de hora no valiéndose del pito, sino para reunirse cuando necesitaran de auxilio.
à Aprehender los malhechores o ladrones que encontrasen depositándolos en la
à Guardia, cuartel o cárcel mas inmediata
à Avisar cuando hubiere fuego en alguna casa, al dueño de ella y después a la guardia más inmediata pero sin separarse de su puesto pues para todo debían pasar la palabra de unos a otros, como cuando algún vecino les pedía que solicitasen al médico, cirujano o partera.[


                                                                                        Jorge Luque

EL AFILADOR

El afilador era el que deambulaba entre ciudades y pueblos con su bicicleta o motocicleta para afilar los instrumentos de filo tal como cuchillos o tijeras. También eran los que se encargaban de arreglar. A mediados del siglo xx, los afiladores se sentaron en bares de las ciudades importantes, siendo cada vez menos los que viajaban en pueblo o en ciudad .Con la llegada del sistema capitalista basado en el consumo en España, el oficio se fue perdiendo de una cultura en usar y tirar en la que no tenía cabida en afilar los instrumentos de corte. Aún a día de hoy, esa profesión sigue siendo muy popular en algunos países en los que la sociedad del consumismo no está toda instaurada.

                                                                    Marta Otero