BIENVENIDOS AL CURSO 2.011- 12



miércoles, 8 de febrero de 2012

Mi abuela nació el 3 de Diciembre de 1942 en plena post-guerra, en un pueblecito de Navarra llamado Urdiain en la falda de una preciosa sierra llamada Urbasa. Se llama Bienvenida y no le gusta nada su nombre.
 De su infancia recuerda que sus padres, abuelos y todos los mayores pasaban muchas penas por que no tenían mucho para comer y trabajaban mucho para conseguir esa comida. Ella también recuerda que en invierno allí nevaba mucho y pasaba mucho frío, sobre todo para ir a la escuela porque tenía que caminar un kilómetro. ¿y sabias que en esa época las mujeres siempre llevaban falda?
 Su madre murió cuando ella tenía trece años por lo que se fue a vivir con una tía a Bilbao. De sus años de adoslescencia y juventud vividos allí tiene muy buenos recuerdos. Estudió, y luego, trabajó en una oficina. Pero no ganaba suficiente para vivir por lo que tuvo que emigrar en los años sesenta, como tantos españoles, a Europa. Ella se fue sola con 18 años a Bélgica.
 A los 4 años de estar en Bélgica se casó con mi abuelo Fermín, que era del mismo pueblo y también emigró a trabajar a Bélgica. Mi abuela dice que fue detrás de ella para conquistarla. Allí tuvo dos hijos, mi tía Elena y mi Juan Miguel que es mi padre.
 Como mi abuela era muy joven y muy lista, estudiaba francés e informática por la noche. Gracias a eso pudo trabajar en una empresa importante, PHILIPS. Mi abuelo como también era joven y con ganas de evolucionar, trabajó mucho y estudió para técnico de obras. Mis abuelos fueron de los pocos privilegiados que en el triste mundo de la emigración pudieron vivir más integrados y con mayor calidad de vida.
 Cuando mi tía tenía 8 años y mi padre 5 se volvieron a España porque a mi abuelo le ofrecieron un buen puesto de trabajo de jefe de obra en la construcción. Pero mi abuela tuvo que dejar su trabajo.
 Después de trece años volver a integrarse en España fue muy duro. Porque no se sentían muy aceptados en la sociedad española hasta el punto de que en algunas ocasiones les decían: sino estáis contentos ¿por qué no os volvéis otra vez al extranjero?-. Fue difícil que se adaptaran a la nueva situación social y política. Eso fueron unos años, luego, todo cambió y cada vez se sentían más felices de haber vuelto a su país.
 Pasados unos años mi abuela comenzó a trabajar en el mundo de la informática. Vivieron, tanto mi abuela como mi abuelo, dedicados a sus dos hijos para que estudiaran y se formaran para que tuvieran una vida mejor que la de ellos. Esto lo lograron con éxito y les hizo muy felices.
 A los sesenta años mi abuela se jubiló y junto a mi abuelo se dedican a ayudar y disfrutar de sus cuatro nietos, pero también ocupa su tiempo en asistir a clase de arte, pilates y otros cursos, y también a viajar todo lo que pueden.
 Mi abuela es genial y me cuida mucho. Me compra cosas y me cocina comida muy rica. ¡Es una abuela perfecta!


Daniel Ochoaerrarte Sánchez

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