Fotografías de la escena del Belén que hemos realizado en 6ºA
BIENVENIDOS AL CURSO 2.011- 12
miércoles, 21 de diciembre de 2011
martes, 13 de diciembre de 2011
UN DÍA EN EL HAYEDO
El jueves día 17 de
noviembre todo 6º fue al hayedo de Montejo. La ida fue un poco bastante
aburrida, porque, en autobús, tardamos dos horas,
y encima yo me mareé. Además, vimos la peli de Annie, que me pareció muy bonita.
Cuando llegamos al
pueblo casi todos fuimos al baño.
Al fin, cuando llegamos, nos fuimos a tomar la
merienda de media mañana y, al cabo de un rato hicimos dos grupos de veintiocho
niños cada uno. Cada grupo se fue con una monitora y la mía no me acuerdo como
se llama. Antes de empezar a caminar nos dieron una tarjeta con un animal cuya
inicial era la inicial de nuestro nombre. Por ejemplo, como yo me llamo Pablo me dieron el Papamoscas. El Papamoscas
es un
pájaro muy bonito y, aunque no pudimos ver un animal de verdad, podíamos ver
los de las tarjetas. A lo largo del camino fuimos viendo como estaban los
árboles y aprendiendo cosas nuevas. También fuimos haciendo pruebas. Una de las
pruebas fue la de escribir frases a partir de una palabra. A mi grupo le tocó hayedo. Y al final hicimos la prueba más
difícil, darle las tarjetas. Después de eso volvimos
y comimos en el área recreativa, que está situada junto a la entrada, que tiene
mesas, fuentes y contenedores.
Además del bosque de
hayas, hay que destacar en esta zona los robles centenarios, la vegetación de
rivera del cauce del río Jarama y los pinares de pino silvestre.
A la vuelta, en el
autobús vimos la peli de los Simpson y me mareé aún más,
pero la peli fue muy divertida. Llegamos a las cuatro de la tarde y, en esa
media hora estuvimos jugando a liebre. Después, cuando tocó la sirena, me fui
en bici a natación.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
PRINCESAS AL HORNO
Érase una vez en el fabuloso país de
Andalasia, en una reunión de príncipes, princesas y brujas malvadas que sucedió un terrible acontecimiento que
ninguno de los príncipes que estuvieron allí presentes podrá olvidar. Ocurrió en el mágico palacio del emperador desnudo porque,
cuando murió, las brujas lo conquistaron, aunque los príncipes y las princesas
no se habían dado cuenta.
Llegó el
sábado y a las siete y media las princesas estaban ya vestidas mientras que los
príncipes llevaban vestidos desde las cinco menos cuarto. Ya eran las ocho y
los príncipes y las princesas estaban muy nerviosos deseando encontrarse con
sus amados mientras que las brujas se reían porque la primera parte de su plan
había funcionado.
Entonces las malvadas brujas bajaron y les
metieron a cada una una manzana
envenenada en la boca para
asarlas en el horno y comérselas; pero el príncipe Javier que sospechaba algo no obedeció a las malvadas
brujas y se escondió en el palacio. Entonces vio a las malvadas brujas llevándose a las princesas al horno.
Así que el príncipe le dijo a su caballo
Perdigón que fuera a llamar a los demás
príncipes y Perdigón salió pitando para cumplir la orden.
Este libro se terminó de
imprimir en 2011
Un día las malvadas brujas engañaron a los príncipes y a
las princesas mandándoles una carta diciendo:
Queridas
princesas:
Somos
vuestros príncipes y queremos invitaros a una fiesta en el palacio del
emperador desnudo a las nueve. Tenéis que venir todas porque seguro que no
queréis que ninguno de nosotros se quede solo, da igual que tengáis gripe o
varicela, tenéis que venir.
Os quieren,
Vuestros príncipes.
A los príncipes les mandaron otra carta diciendo:
Nuestros
queridos, queridísimos príncipes:
Os pedimos,
por favor, que vengáis con nosotras al baile del emperador porque seguro que no
queréis que ninguna de nosotras se quede sola. Da igual si os ha beis puesto
enfermos o si tenéis que salir de viaje. Os esperamos el sábado a las nueve.
Vuestras
princesitas.
Los príncipes y las princesas se lo creyeron. Así pues las princesas se
fueron a buscar sus fabulosos vestidos y los príncipes a por sus trajes.
De camino al palacio las princesas iban hablando de sus
vestidos y sus peinados.
En el baile las princesas deslumbraban con sus preciosos
vestidos. La Bella Durmiente llevaba el pelo suelto, un vestido de seda rosa de
cuatro volantes con miriñaque y en el
centro un lazo enorme, sus zapatos eran
de finísimo tacón, Bella llevaba el pelo
con un gran moño salpicado de flores, un vestido amarillo de raso muy simple
con unos zapatos a juego de poco tacón ( era muy comodona) y con un pequeño
lacito amarillo un poco más fuerte, Blancanieves llevaba una falda azul plisada conjuntada con una camiseta amarilla
con flores rojas y unos botines de poco tacón, Cenicienta llevaba un moño, un vestido azul oscuro y
azul clarito y unos zapatos de cristal azul. Había muchas más princesas, pero
no las puedo describir a todas porque sino el cuento trataría de cómo se
describe a una princesa.
El príncipe Fernando, que era el novio de Rapunzel, llevaba
unos pantalones marrones y una chaqueta azul con algún que otro diamante,
Felipe era el novio de la Princesa y el Guisante, iba vestido con una guerrera
militar roja con botones dorados y los
pantalones negros, Javier, que hace un
año fue un sapo, era el novio de la princesa que le salvó, él llevaba puesta
una chaqueta de lana verde sapo y unos pantalones también verdes con botas marrones. Seguiría describiendo pero,
como he dicho antes, este cuento trataría sobre cómo se describe a un
príncipe. Todos estaban felices bailando menos las brujas
que les
estaban observando desde la tercera planta. Cuando Morgana dio la señal una de ellas dijo
imitando la voz del emperador:
“SEPARAOS. Los príncipes a esa esquina mirando a la pared y
cuando pasen veintidós segundos salid fuera del palacio e idos a vuestras
casas”. Ellos obedecieron.
“Las princesas a la
otra esquina, mirando la espalda de los príncipes y ahora cerrad los ojos”.
Ellas también obedecieron.
Mientras, las malvadas brujas se reían a carcajadas y se
relamían pensando lo ricas y tiernecitas que estarían las princesas. Pero
cuando la malvada bruja Morgana estaba metiendo en el horno a Rapunzel, el
príncipe se transformó en sapo pegajoso
y se lanzó a la cara de la malvada bruja escupiéndole un líquido venenoso que
le provocó una verruga gigante que no le dejaba ver.
Cuando las malvadas
brujas oyeron sus gritos fueron corriendo a ayudarla , pero, en ese momento
llegaron los otros príncipes y comenzó una lucha terrible entre ambos bandos.
Las malvadas brujas, gracias a sus hechizos, iban ganando
la pelea. Los príncipes estaban heridos y casi no les quedaban fuerzas; pero, a
pesar de ello seguían luchando valientemente.
Entonces, apareció
el hada Ventisca, que había visto todo en su bola de cristal y sopló y
sopló y a las brujas derribó. Y cuando estaban en el suelo un tornado
resopló que a las malvadas brujas al
horno metió.
Los príncipes besaron a sus princesas que despertaron sin
recordar nada de lo que había sucedido.
El baile prosiguió y a las
doce terminó y colorín colorado este cuento se ha acabado Colección:
Perdigón
Editorial:
sm
Princesas al horno
Paula Marín
A mi abuela
martes, 29 de noviembre de 2011
POEMAS
Obrador del Jarama
Burlándose del jardín
Leyendo en cada rama
Escudero del jazmín
Hoy hemos venido
Al hayedo de Montejo
Y nos estamos divirtiendo
A la vez que rimas hacemos
Jugando en el
Arroyo un
Ratón había
Ayudando a
Mantener este
Agua cristalina
Haber siempre hubo, hoy y ayer
Atentos a lo que os digo
Ya os volveré a ver
Está el cielo nublado y cantando los pajarillos
Donde vayas yo iré y allí estaré
Os quiero bonitas hayas y siempre os recordaré
HAYEDO DE MONTEJO DE LA SIERRA
El jueves 17 de noviembre fuimos al hayedo de Montejo. En el autobús nos pusieron una película que se llamaba Anni y, casi al final de la ruta, yo me mareé. Nada más llegar cogimos las mochilas y nos pusimos en las mesas a comer un poquito. Cuando terminamos, nos fuimos a unos bancos donde la guía nos preguntó nuestro nombre y, por la misma letra por la que empezaba, teníamos que decir un animal, a mí me tocó el petirrojo.
Más tarde, tuvimos que hacer un acróstico por grupos. Al mío le tocó la palabra Jarama, María tuvo que hacer de mesa para que pudiéramos escribir. También nos enseñaron un árbol que había crecido en las rocas porque el fruto había caído entre ellas. Este árbol, que ya tenía unos doscientos años, tuvo que echar sus raíces por encima de las rocas. A continuación, nos mostraron diferentes tipos de rocas como la pizarra y muchas más que Aída llevaba en su bolsillo. Luego nos enseñaron un refugio. Ahí fue donde estuvimos jugando a un juego parecido al pañuelo pero era de tres grupos y tenías que coger a la pata coja las fotos de la definición que te decía la guía y esas definiciones eran sobre las cosas que habíamos aprendido. Después seguimos con el paseo y, cuando terminamos, yo quería seguir caminando porque se me había hecho muy corto. Bueno, a lo mejor algún día vuelvo con mis padres para que ellos también lo puedan ver y yo les explique alguna cosa que se le haya olvidado al guía o a la guía.
A la vuelta no nos pusieron ninguna película pero íbamos hablando con los de nuestro alrededor. Llegamos al cole, creo que a las cuatro y cuarto, y nos pusimos a jugar hasta que nos vinieron a buscar.
Ha sido una excursión muy divertida y hemos aprendido mucho sobre la fauna y flora de nuestra comunidad.
Paula Marín González
lunes, 28 de noviembre de 2011
LOBOS VS. CERDOS (con la colaboración especial del Gato con Botas)
Capítulo 1
El reencuentro
Un hermoso día de verano, caminaba por el bosque un pobre lobo que seguramente conocéis. Al lobo le acababan de sacar de la tripa una abuelita y su nieta, os lo podéis figurar, tenía una cicatriz desde el cuello hasta el ombligo. Por el río venía otro lobo nadando desesperado por salir del agua, a él también le habían destrozado la tripa, pero no solo le habían sacado seis cabritillos, encima le habían metido piedras a reventar. Por otro camino venía el lobo del bosque, este había soplado hasta que le salieron los pulmones por la boca, ahora tiene un pulmón mirando a Cuenca y el otro a Albacete.
El lobo de los tres cerditos llamado Hermenegildo se sentó en el claro del bosque a descansar, pues con la edad y los pulmones así se fatigaba un montón. Pasado un rato, pasó por allí benito, el lobo de Caperucita Roja y se encontró con Hermenegildo y le dijo:
-¡Hola primo! ¿Qué haces tú por aquí?-.
-¡Pero cuánto tiempo!- respondió.
-Es verdad, no nos vemos desde que me fui de casa de mi madre.
-¿Y qué haces en mi bosque?
-¿Es tu el lobo de este bosque?
-Pues claro
-Pues he venido porque en mi bosque hay unos cazadores muy malos que me han echado.
-Pues ven a mi cueva y pasaremos allí el rato, que veo que tenemos muchas cosas que contarnos.
Ya en la cueva los lobos se empezaron a contar como les iba como lobos en sus bosques (a los dos les iba fatal). Se pasaron horas quejándose de lo mal que le iba, junto a la chimenea de la cueva.
Ya eran las seis de la tarde cuando el lobo de los cabritillos, Rogelio, consiguió salir del agua. Pues con la tripa llena de piedras, casi se ahoga. Iba por el bosque buscando una cueva donde refugiarse, cuando se encontró con una en la que había luz. Entonces, entró, y se encontró con sus dos primos y se llevó una sorpresa increíble, les dijo-
-¡Hola! ¡Cuánto tiempo!
-¿Tú también? ¡Qué alegría! - respondió Erme -esta es mi cueva y hace un rato ha venido Benito.
-Hola Benito. ¿Qué tal estás?
-Mal ¿y tú?- le preguntó Benito.
-Pues desgraciadamente mal también.
Se pasaron otras horas hablando y quejándose. Entonces Ermeregildo, les contó su problema con los cerditos, y que tenían que cazar a esos cerdos gorditos para hacer jamón de pata negra, salchichón, chorizo, morcilla… Y les dan justo, a un cerdo por cabeza. A los otros dos lobos les pareció genial la idea.
Capítulo 2
El gato y los cerditos
El gato con botas, que pasaba por ahí en su carro, se enteró de que tres lobos querían hacer salchichón con los cerditos. El gato que era muy inteligente, pensó que él ya estaba muy viejo, y que ya no podía cazar la comida del marqués de Carabás con tanta agilidad como lo hacía antes. Y se le ocurrió que sería mejor tener como sirvientes a los lobos para que cazaran.
El gato fue a hablar con los cerditos, y no le fue difícil encontrarlos, pues vivían en una mansión enorme que se alzaba sobre una colina en medio del bosque. Los cerditos tenían esa pedazo mansión porque Pablo, el mayor les había enseñado a Pedro y a Pancho a construir casas y él había ido a la universidad a aprender arquitectura, entonces, se iban construyendo cada vez una casa más grande y más grande.
Cuando llegó, llamó al timbre y los cerditos le abrieron. Pablo dijo-
-¡Hola! ¿Quién eres?
-Yo soy el gato con botas y vengo a ayudaros-. respondió- ¿Os acordáis del lobo que quería comeros? Pues ahora son tres.
-¡Oh no! ¿Y ahora qué hacemos?- respondió Pancho, el pequeño.
-No os preocupéis yo puedo ayudaros. Yo me llevo a los lobos para que cacen para el marqués de Carabás, y os libro de ellos.
- Perfecto, como quieras-. Dijo el mayor- ¿Te quieres quedar aquí a pasar un tiempo mientras nos libramos de ellos.
-No quisiera molestar.
-Insistimos.
-Vale me quedo.
-Pedro, vete a preparar la habitación de invitados.
Los cerditos y el gato se pasaron unos días hablando y planeando como los iban a atrapar, al igual que los lobos.
Capítulo 3
Su primera batalla
Los lobos ya habían pensado el plan, que es el siguiente: Benito y Rogelio, como se creían que los cerditos no se habían enterado de que ellos estaban compinchados, se disfrazaban de vendedores ambulantes y hacían que vendían barbacoas. Entonces, mientras probaban cómo funcionaban, Ermeregildo venía por atrás y los empujaba a la barbacoa.
Cuando por fin se estamparon contra un árbol y pararon ya se habían pasado varios kilómetros de su cueva. Tuvieron que andar hasta su casa con la barbacoa unos ocho kilómetros, y eso que ya era de noche. Cuando llegaron cayeron en la cama y no se despertaron hasta las doce de la mañana.
Capítulo 4
La segunda pelea
Esa tarde estuvieron discutiendo de cómo van a atacarles al día siguiente, porque Benito decía-
-Podemos entrar por la chimenea
-Créeme, ya lo intente una vez y no lo recomiendo- dijo Erme.
-Tengo una idea –dijo Rogelio-. Podemos entrar por la puerta trasera, con saco, y les raptamos.
-Me parece bien.
-Y a mí.
Al día siguiente fueron por el camino que llevaba a la parte de atrás de la casa. Los cerditos y el gato estaban jugando el mus en la sala de estar. Y Pedro dijo que iba
a por unas bebidas a la cocina. Al llegar a ella se encontró con los lobos y antes de que pudiera gritar ya se encontraba dentro de un saco e iba a la cueva de los lobos.
Los otros cerditos y el gato vieron que tardaba mucho y decidieron ir a mirar. Cuando llegaron se encontraron la cocina vacía y la puerta trasera abierta. Lo estuvieron buscando por toda la casa hasta que lo dieron por desaparecido.
Capítulo 5
Atrapados
A las seis de la mañana siguiente el gato con botas salió de la casa con una pistola de calmantes para bestias. Cuando llegó a la cueva, entro silenciosamente y disparó un calmante a cada uno. Los fue llevando uno a uno a la casa de los cerditos y metiéndolos en una caja. También rescató a Pedro y lo devolvió con sus hermanos.
Después de despedirse de los cerditos, el gato se montó en el carro en el que había venido y cogió el camino de vuelta a Carabás. Cuando llegaron allí, el gato les sacó de la caja, e hicieron un trato: ellos cazaban para marqués de Carabás a cambio de que ellos les construían una casa para que vivieran y les daban un sueldo todos lo meses. A los lobos les pareció bien, pues por fin tendrían una casa bonita y les pagaban.
Entonces, todos se quedaron contentos: los cerditos, tranquilos porque ya no les molestaban los lobos; los lobos, contentos con su nueva casa y su sueldo; y el gato relajado porque no se tenía que preocupar en cazar la comida del marqués. Y vivieron felices y comieron perdices.
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